Si bien la distancia se hace más breve con cada segundo que pasa, el anhelo de encontrarte nuevamente cerca, tan cerca, me dispone como el primer día, entre melanitas estomacales y escalofriamientos al nivel de las pantorrillas, el tórax sin fuerza los pulmones sostenidos frágilmente para tus palabras. Así me encuentro, dependiendo del hilo de tu llegada, del encuentro nuevo y reconfortante. Feliz día corazona.
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